Thursday, May 19, 2011
El zoológico rosarino en 1965
Película casera filmada en super 8 por Héctor Zinni en el año 1965. Tiene como marco el parque Independencia de Rosario, Santa Fe, Argentina. En ella aparecen su padre, Nicolás Juan; su madre, Helena Domina; su esposa, Olga Formia, y sus hijos Mónica y Guillermo. Se trata de un típico domingo de paseo por ese parque, el que incluía una vuelta en bote por el laguito, un paseo en pony, una visita al zoológico para ver a los animales y disfrutar de sus juegos como el famoso tobogán gigante, y una merienda de jugo de naranja con una porción de pizza en el carrito que se encontraba en la esquina sur del laguito. Debemos aclarar que algunas tomas mostrando los animales del zoológico fueron agregadas posteriormente con cortos de animales del zoo de Buenos Aires de entonces, lo que es notorio ya que su par rosarino nunca contó con un tigre, una jirafa, hipopótamos (rinocerontes dice equivocadamente en la película) o focas.
Tuesday, May 17, 2011
Programa de televisión conducido por Héctor Zinni
Original programa piloto de un corto de televisión grabado en el año 2000 que iba a estar conducido por Héctor Nicolás Zinni. Trataba de distintos temas históricos de la ciudad de Rosario vistos desde una óptica netamente popular. Este capítulo trata de la cervecería rosarina Schlau. Los inmigrantes alemanes de apellido Pommerenke instalaron la primera cervecería local en la esquina de Catamarca y Entre Ríos, la que fue cambiando de nombres y de propietarios hasta que en 1886 quedaron dueños de la fábrica el alemán Carlos Schlau y el suizo Federico Strasser. Siete años después, en 1893, Schlau quedó como único propietario de la misma, y a partir de 1907 la empresa llevó su apellido.
Thursday, March 10, 2011
Ciudad de topos. Los túneles de Rosario
Nota concedida a los alumnos del "Taller de comunicación audiovisual II" en el año 2009
Dicen que en aquellas penumbras hubo de todo. Muertes, ánimas, encuentros furtivos entre médicos y monjas, reuniones de templarios y hasta una prostituta poco agraciada que incrementaba su clientela mostrando desde un sótano un acceso oscuro al que ningún valiente se le animó.
Como venas, como intestinos, como cañerías. En el subsuelo de la ciudad corren por igual infraestructura, desechos y fantasías. Contraluz de la vida cotidiana, entre la humedad y las sombras, los túneles forman parte de esa nervadura real o intuida que Rosario incorporó a sus leyendas urbanas y se volvieron referencias inquietantes a la hora de hablar de la historia cercana.
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“Una ciudad tiene muchos niveles, no es lo mismo la ciudad nocturna que la del trabajo. En Rosario se puede ver este caleidoscopio, hubo una ciudad prostibularia y de otros formatos marginales, todas con sus mitos y leyendas”, explicó el periodista e investigador Guillermo Zinni, quien durante años dio a conocer en La Capital la vida cotidiana de la ciudad cuando corrían los finales del siglo XIX y principios del XX. En su opinión, estas narraciones hasta configuran la identidad de un comunidad que intenta, a través de crónicas ficcionales, despegar de la monotonía y crearse una identidad.
Para Zinni, los túneles como conexión entre partes para el contrabando es una leyenda urbana. “Era más fácil corromper a un funcionario que cavar una galería bajo tierra”, ironizó. Y comentó que hasta 1905 se podía bajar mercadería en cualquier punto del río, porque los puertos eran llanos y las cargas llegaban a través de vapores pequeños, ya que los barcos quedaban a varios metros. Antes de esa fecha no se podía pensar en túneles por la geografía del lugar.
En el puerto y sus labores, con sus movimientos de banderas extrañas e inmigrantes, las leyendas sobre túneles hicieron pie con más fuerza. “En los planos del puerto de principio del siglo XX están marcadas unas 10 ó 12 grutas que las empresas utilizaban como depósito de mercadería, y alrededor de allí surgió el mito”, explicó Zinni.
(extracto de una nota de Silvia Carafa publicada en el diario La Capital, de Rosario, el domingo 20 de marzo de 2011 y que puede consultarse aquí)
Túneles en Rosario: la enigmática historia de una ciudad que no se ve
El paisaje subterráneo de Rosario siempre dio que hablar. La imaginación incluyó túneles y pasadizos como escenarios non santos, a pesar de que algunos figuran en viejos planos y tenían funciones operativas. Pero más allá de lo que se considera el único túnel visible de la ciudad, el ducto vial entre Sarmiento y España, hay al menos media docena de pasillos bajo tierra en predios donde funcionaron estructuras ferroviarias y sanitarias.Dicen que en aquellas penumbras hubo de todo. Muertes, ánimas, encuentros furtivos entre médicos y monjas, reuniones de templarios y hasta una prostituta poco agraciada que incrementaba su clientela mostrando desde un sótano un acceso oscuro al que ningún valiente se le animó.
Como venas, como intestinos, como cañerías. En el subsuelo de la ciudad corren por igual infraestructura, desechos y fantasías. Contraluz de la vida cotidiana, entre la humedad y las sombras, los túneles forman parte de esa nervadura real o intuida que Rosario incorporó a sus leyendas urbanas y se volvieron referencias inquietantes a la hora de hablar de la historia cercana.
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“Una ciudad tiene muchos niveles, no es lo mismo la ciudad nocturna que la del trabajo. En Rosario se puede ver este caleidoscopio, hubo una ciudad prostibularia y de otros formatos marginales, todas con sus mitos y leyendas”, explicó el periodista e investigador Guillermo Zinni, quien durante años dio a conocer en La Capital la vida cotidiana de la ciudad cuando corrían los finales del siglo XIX y principios del XX. En su opinión, estas narraciones hasta configuran la identidad de un comunidad que intenta, a través de crónicas ficcionales, despegar de la monotonía y crearse una identidad.
Para Zinni, los túneles como conexión entre partes para el contrabando es una leyenda urbana. “Era más fácil corromper a un funcionario que cavar una galería bajo tierra”, ironizó. Y comentó que hasta 1905 se podía bajar mercadería en cualquier punto del río, porque los puertos eran llanos y las cargas llegaban a través de vapores pequeños, ya que los barcos quedaban a varios metros. Antes de esa fecha no se podía pensar en túneles por la geografía del lugar.
En el puerto y sus labores, con sus movimientos de banderas extrañas e inmigrantes, las leyendas sobre túneles hicieron pie con más fuerza. “En los planos del puerto de principio del siglo XX están marcadas unas 10 ó 12 grutas que las empresas utilizaban como depósito de mercadería, y alrededor de allí surgió el mito”, explicó Zinni.
(extracto de una nota de Silvia Carafa publicada en el diario La Capital, de Rosario, el domingo 20 de marzo de 2011 y que puede consultarse aquí)
Monday, June 7, 2010
Nicolás Juan Zinni, historia de una vida
La siguiente es una grabación casera realizada en el año 1975 donde mi abuelo, Nicolás Juan Zinni, cuenta la historia de su vida. Tata -así lo llamábamos- se dedicó a la poesía y al recitado, un oficio muy popular a principios de siglo pero que ya se encuentra extinguido. Aquí nos cuenta cómo él considera que se forma un poeta popular y nos trae recuerdos de su infancia y de sus padres. Luego, recita los poemas “Su fumata”, “Añoranzas”, “El último resero”, “Ciriaco Cuitiño” y “El indio”, de su autoría; y "Castilla" y "El dolor de lo que fue", de Manuel Machado y Miguel de Castro, respectivamente. Al final del audio, que dura exactamente 23:02, se escucha su poema "Añoranzas", musicalizado, tal como se solía cantar en peñas y algunas reuniones políticas en la década de 1970, antes de la llegada de la dictadura.
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Sunday, May 30, 2010
Suplemento Bicentenario
Saturday, March 13, 2010
Rosario se muestra: Intervención urbana con gigantografías de imágenes de principio de siglo de la ciudad, una propuesta para el Bicentenario
El 23 de febrero de 2010, autoridades de Cultura de la Municipalidad de Rosario se contactaron conmigo con motivo de colaborar y aportar ideas para conmemorar el Bicenteario de la revolución de Mayo. Así fue que refloté una idea que tengo desde hace varios años y que consiste en colocar gigantografías en emblemáticos espacios públicos y con las cuales los transeúntes podrían cotejar el antes y el después de esa esquina, plaza, monumento, edificio o espacio público en cuestión. Para este fin se realizó una reunión el día 5 de marzo, y a la cual llevé estas imágenes que creé para poder visualizar esta propuesta de intervención urbana y que hoy comparto con ustedes esperando que sean de su agrado.
Impactante contraste entre el antiguo edificio de la Aduana, de torres almenadas y aires de castillo medieval, y el actual.
El magnífico Monumento a la Bandera, inaugurado en 1957, haciendo contrapunto con la primitiva plaza Brown (luego Belgrano) que se encontraba en el mismo paraje.
El antes y el después de la iglesia Santa Rosa con su entorno ciudadano de principios del siglo XX y el actual.
El Palacio Fuentes en todo su actual esplendor y en su etapa de construcción.
El teatro La Comedia de principios de siglo, cuando era apenas algo más que un galpón, contrastando severamente con el edificio posterior.
Estos son sólo algunos modelos de cómo lucirían estas gigantografías. Otros lugares emblemáticos donde podrían colocarse en espacios más amplios para su mejor visualización y mayor deleite tanto de rosarinos como de turistas son, por ejemplo, la plaza 25 de Mayo, el parque Independencia, el cruce Alberdi, el balneario La Florida, el cementerio El Salvador, la avenida Pellegrini, el bulevar Oroño, la estación Rosario Norte, la estación Rosario Central, la esquina de Córdoba y San Martín, el puerto, etcétera. Esta exposición podría llamarse "Rosario se muestra. Una ventana abierta a la memoria colectiva". Es que la idea de las gigantografías también apunta a que el público se sienta "contemporáneo" de las imágenes decimonónicas, como si fueran una ventana al pasado y se pudiera elegir entrar en cualquiera de las dos ciudades; como un túnel del tiempo puesto en un espacio público y donde pasado y presente se funden en un mismo instante.
Impactante contraste entre el antiguo edificio de la Aduana, de torres almenadas y aires de castillo medieval, y el actual.
El magnífico Monumento a la Bandera, inaugurado en 1957, haciendo contrapunto con la primitiva plaza Brown (luego Belgrano) que se encontraba en el mismo paraje.
El antes y el después de la iglesia Santa Rosa con su entorno ciudadano de principios del siglo XX y el actual.
El Palacio Fuentes en todo su actual esplendor y en su etapa de construcción.
El teatro La Comedia de principios de siglo, cuando era apenas algo más que un galpón, contrastando severamente con el edificio posterior.
Estos son sólo algunos modelos de cómo lucirían estas gigantografías. Otros lugares emblemáticos donde podrían colocarse en espacios más amplios para su mejor visualización y mayor deleite tanto de rosarinos como de turistas son, por ejemplo, la plaza 25 de Mayo, el parque Independencia, el cruce Alberdi, el balneario La Florida, el cementerio El Salvador, la avenida Pellegrini, el bulevar Oroño, la estación Rosario Norte, la estación Rosario Central, la esquina de Córdoba y San Martín, el puerto, etcétera. Esta exposición podría llamarse "Rosario se muestra. Una ventana abierta a la memoria colectiva". Es que la idea de las gigantografías también apunta a que el público se sienta "contemporáneo" de las imágenes decimonónicas, como si fueran una ventana al pasado y se pudiera elegir entrar en cualquiera de las dos ciudades; como un túnel del tiempo puesto en un espacio público y donde pasado y presente se funden en un mismo instante.
Friday, December 11, 2009
Pichincha
Nota realizada a Amilcar Vidal, Guillermo Zinni y
Rafael Ielpi para el programa Estudio País, de canal 7.
En el año 2008, el programa Estudio País, de canal 7, hizo un informe sobre el barrio de Pichincha, con un breve repaso de su historia. Mediante entrevistas, Amilcar Vidal, Guillermo Zinni y Rafael Ielpi hicieron un raconto de la proliferación del barrio como zona prostibularia en las primeras décadas del siglo XX. Estudio País es un programa periodístico televisivo de divulgación antropológica conducido por Juan Alberto Badía, Martín Jauregui y Maby Wells. Tiene corresponsales diseminados por todo el país que investigan las costumbres, los personajes y la cultura de los argentinos.
Rafael Ielpi para el programa Estudio País, de canal 7.
En el año 2008, el programa Estudio País, de canal 7, hizo un informe sobre el barrio de Pichincha, con un breve repaso de su historia. Mediante entrevistas, Amilcar Vidal, Guillermo Zinni y Rafael Ielpi hicieron un raconto de la proliferación del barrio como zona prostibularia en las primeras décadas del siglo XX. Estudio País es un programa periodístico televisivo de divulgación antropológica conducido por Juan Alberto Badía, Martín Jauregui y Maby Wells. Tiene corresponsales diseminados por todo el país que investigan las costumbres, los personajes y la cultura de los argentinos.
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